Un correcto mobiliario (cama articulada, colchón, sillón, etc…) nos ofrece confort, prevención y un buen descanso a la vez que facilita la autonomía a la persona y la labor del cuidador.
El mantenimiento de la autonomía y la seguridad en la higiene personal es un aspecto muy importante y necesario, tanto para las personas como para los cuidadores. Con los productos adecuados y adaptaciones oportunas, conseguimos una actividad segura y agradable.
Garantizar la movilidad (en el domicilio, en el acceso a la vivienda o la comunidad), nos permite disfrutar de la rutina y las relaciones sociales. Esto lo conseguimos con productos de soporte para la movilidad (bastones, andadores, sillas de ruedas, etc.) y con la supresión de las barreras arquitectónicas (ascensor, rampas, sillas sube-escaleras, etc.).
En el domicilio, a lo largo del día, hacemos muchas transferencias (pasar de la cama a la silla, silla al WC, etc.). Aprendiendo distintas técnicas y con los productos adecuados, conseguimos evitar el riesgo de caídas, prevenir lesiones y favorecer la autonomía.
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